Entre las causas más comunes que se puede interponer entre ese maravilloso viaje y tú, se encuentra nuestra tendencia a procastinar.
Es una palabra tan fea, que me la imagino como una especie de bicho que se come los brotes buenos de las plantas. Procastinar… procastinar… También me suena a una especie de elemento que hace que se caiga el cabello, sin embargo el verdadero significado de esta palabra es más común de lo que creemos, no es otra cosa que aplazar, acción aún más peligroso que una cabeza sin cabello o una planta sin hojas, porque lo que vamos aplazando es nuestro valioso tiempo vital.
Hace poco vi una película de estas romanticonas y muy típicas de Hollywood. La película se llama Año Nuevo aunque creo es de 2013 por ahí, y la historia que más me dejó «algo» fue la del personaje interpretado por Michelle Pfeiffer, bueno, ella es increíble. Aquí interpreta a una secretaria que se vuelve neurótica y miedosa por estar sumida en su hueco de escritorio. La lectura para mí fue que no debo aplazar las cosas que tienen que ver con el disfrute.
Ella, con una lista de cosas que siempre había pospuesto hacer porque el jefe «la necesitaba». (Aquí le podemos añadir, estudios, marido, hijos, padres etc). Ella quería ir a Bali, en Indonesia, pero no le quedó de otra que conformarse, al menos por el momento con ir a un spa donde hacían masaje balinés.
Pero no me mal entiendan, acercarse a cualquier cosa que sugiera el lugar al que queremos ir, es albergar ese deseo, que es incluso más importante que el viaje en sí.
Un masaje balines en el caso de la película, una camiseta de tu equipo deportivo favorito si lo que te gustaría es ir a un mundial de fútbol o a una temporada de Hockey o baseball, querer aprender a esquiar en un simulador de Wii. Salir con un noruego si quieres ir a ver auroras boreales…eventualmente dar ese primer paso para materializar una idea. Experimentar lo que más se le parezca.
Te invito a que revises conmigo estas cinco preguntas, para reflexionar si sufres del síndrome de procastinar:
Quiero viajar pero no tengo tiempo para investigar sobre el destino al que me gustaría ir…
-Entonces no deseas con mucha fuerza ir a ese lugar. Piensa en otro, a lo mejor se trata de una idea que no es lo suficientemente poderosa para hacerte mover hacia esa dirección.
Quiero hacerlo con mi pareja, pero no me ayuda a preparar el viaje.
-Eres tú quien quiere ir cierto? Bueno… Eres tú quien tiene que moverse.
Quiero viajar pero no me alcanza el dinero.
-Estoy segura de que si revisas tus finanzas hay un montón de dinero que gastas de más. Si tienes tendencia a aplazar las cosas, seguro se te va un montón de recursos en multas, atrasos de pagos, taxis porque te dejó el transporte público, comida de la calle y en asuntos pequeños y una larga lista de etcéteras.
Quiero viajar pero… las responsabilidades.
-No pretendo hacerte una invitación a abandonarlas, pero sí que puedes escaparte al menos una semana para un sitio adecuado a tu disponibilidad. De verdad, el mundo no va a dejar de girar si tú no estás presente unos días.
Quiero viajar pero no tengo con quién.
– El mundo está lleno de gente, no necesitas una a tu lado para disfrutar lo que esta vida tiene deparado para ti al cruzar la puerta del avión. Sin duda encontrarás la perfecta compañía… Tú.