Los sustos en Tobago se quedan bajo el mar

Tobago, lugar maravilloso donde el tiempo mismo va a tomarse vacaciones. Sus noches negras como la piel de sus nativos, los sonidos de las marimbas me pelaban los dientes también como ellos, una isla de ensueño impregnada junto con su hermana Trinidad de esa brisa fresca y picante que sólo el Caribe sabe soplar.

De Flor Santamaría-Kovacs

Esto me pasó en aquellos días en los que, en vez de yo estar lista para la aventura, era ella la que tenía que estar lista para mí. No le daba tiempo de parpadear a la aventura  

Siempre encontraba algún pretexto para embarcarme en un avión, Casi siempre con rumbo a un destino que no estaba contemplado en el plan, como una vez que fui a dar a Trinidad y Tobago y es la historia que les quiero contar.

Era un viaje organizado por el Ministerio de Turismo trinitario y su embajada en Venezuela, para mostrar a la prensa y a las agencias de viajes sobre el turismo sustentable de las islas hermanas y yo trabajaba para un diario que de grande que fue un día, se hizo pequeño. Yo era estudiante todavía.

Tobago, lugar maravilloso donde el tiempo mismo va a tomarse vacaciones. Sus noches negras como la piel de sus nativos y los sonidos de las marimbas me pelaban los dientes al igual que ellos, una isla de ensueño, impregnada como su hermana Trinidad de esa brisa fresca y picante que sólo el Caribe sabe soplar.

Me aterrorizaba en la noche que de aquel mar color petróleo y sin luna, salieran a comerme los muertos vueltos a la vida por los voodooceros. Me contaron allá mismo que, como no tenían alma, los zombies eran solo cuerpos controlados por los apetitos de sus resucitadores, pero que se comían a la gente porque la carne era necesaria para que siguieran, aunque muertos, “vivos”. Por lo tanto, había que dormir bien encerrado y con los pasadores de las ventanas corridos.

Tengo fresca en la memoria que hubo una fiesta abundante en ron, bailes y cadencia. La banda alegrísima, la gente gozando y sudando como locales, pero pasada la medianoche, no tuve paz.

Me retiré a mi habitación con vista al mar, en un maravilloso hotel cuyas habitaciones olían a coco y a sal

¡Me arropaba hasta el tope respirando y razonando, que los muertos ahí se quedan, en el hoyo, pero que va!

Me llené de valor y salí despavorida por el pasillo, hasta la puerta de una reportera que también viajaba conmigo.

Su cara fue un poema, después de todo, no nos conocíamos. Aquel arranque parecía sospechoso pero el corazón se me iba a salir por la boca del susto. Al final le confesé que no podía dormir de pensar que los zombis vendrían a visitarme. No es lo mismo matar a un muerto entre dos que una sola. Ahora, después de vieja me pregunto:

¿Por qué querrían comerme justo a mí?

El sol parpadeando entre las hojas de las palmeras se colaba por la tela metálica. Abro el ojo derecho y allí estoy en una cama ajena y en la mesita de noche, las llaves de mi habitación y en la cama de enfrente, una extraña o, mejor dicho yo, la extraña en un cuarto ajeno.

Normalmente, esos descubrimientos mañaneros pasan por exceso de trago y en circunstancias menos inocentes, pero ¿qué se le iba a hacer? Asumir con valentía ante la colega la vergüenza que mi vívida imaginación me había ocasionado, no me quedó de otra. La chica muy mona, diría los españoles, solidaria prometió no decir que era una gallina. Hasta hoy, que yo misma lo he hecho público.

Ya con mi cara muy lavada a plena luz del día encontré que en Tobago la lógica de la física no aplica. Montada en el autobús que marchaba hacia adelante, todo parecía ir en retroceso. Lo orgánico más rápido que lo mecánico y en el aire, el eco de miles de pájaros diferentes me decían, no temas Flor, los sustos pasados en Tobago, de quedan bajo el mar con los corales.

Me traje de suvenir un pedacito de gengibre. Lo lancé por la ventana cuando empezaron a salirle raíces, y parecía un muñeco de voodoo.

Photo by Kenrick Baksh on Pexels.com

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s