Es el día internacional del beso. Al menos eso escuché esta mañana en la radio, luego en Twitter había un hashtag y he pasado el día muy rico, pensado en besos. Desde el primero de la vida, hasta el último del día. Me encanta que hayan celebraciones así, inventadas, para homenajear ocasiones tan comunes y espontáneas como un beso.
Se supone que esto empezó después de dos que se besaron por más de 46 horas consecutivas.
Besos de coco, besos de chocolate, “los besos de niña me saben a piña” me dijeron una vez en cuarto grado… Soy alérgica a la piña, por cierto. El beso baboso, el seco, el dientón. Besos de fan enamorada al afiche del galán de cine o del cantante de la banda de chicos. El beso imaginado. El beso de Judas.
Canciones inspiradas en la función más verdadera y aguda y a veces cretina de los labios. Ese Paso Doble que dice: “La española cuando besa, olé, es que besa de verdad”, o la canción antiquísima Besos y Cerezas que coquetamente con su simpática melodía de antaño todavía de vez en cuando tatrareo:
“No se puede rehusar a dar un beso, el galán enamorado pierde el ceso y le dice con fervor vida mía por favor, bésame que tus besitos son de amor”
Los besos son tan importantes que el milenario libro de el Kamasutra le dedica todo un capítulo. Allí se describe con lujo de detalles sus diferentes estilos, usos, funciones, mensaje y significados, y se considera un arte. Los besos franceses, los besos a la italiana, los besos de esquimales y de mariposas. Yo, personalmente prefiero los besos que salen del alma, en los lugares más y menos ideales pero que conectan a dos para siempre.
Los venezolanos somos besucones, nos damos un solo besito en el saludo, hola y chao, pero se lo damos a quien sea. Dos minutos conversando amenamente y ahí venga que le zampo su beso. Recuerdo que una vez, prohibieron besarse en público en un municipio de Caracas, que barbaridad. Pero en otros lugares se dan dos y hasta tres de esos muakatas!!. Que bonito es ver a la gente en los aeropuertos al recibirse o despedirse demostrarse el afecto así, “cara a cara, beso a beso y vivir” como diría Juan Luis Guerra. Besos de abuelos, de padres, de hermanos, de mejores amigos, de perrito, de amor. Besos que no se olvidan y al revivirlos en la memoria todavía producen intensos vuelcos y revoloteos en el vientre.
Y para celebrar eso, del beso, decidí hacer mi lista de los destinos top, increíblemente románticos para besarse, hasta ahora.
Mi lugar favorito es debajo de las Auroras Boreales en Alta, al norte de Noruega el día de mi cumpleaños.
- De nochecita paseando en un botecito por la laguna de las luciérnagas en Donsol, Filipinas.
- En algún lugar de París. Aquí hay parejas comiéndose en todas partes así que cualquier lugar está bien.
- Debajo de un cerezo en flor en Japón.
- En una caminata por el Danubio azul en Budapest.
- En el Taj Mahal. La verdad es que para ser una tumba es un escenario bastante romántico.
- Volando en un helicóptero sobre Manhattan.
- En una caminata al atardecer por la costa entre Coogee y Bondi Beach en Sydney, Australia.
- Debajo del cielo estrellado en los llanos venezolanos.
- En tu bar de confianza, tu bar favorito, el mío Greenwich pub.
- Besos en Jökulsárlón en Islandia con pedazos de hielo en forma de corazón.
- En el desierto de Mongolia mirando el cielo negro tomando alcohol de arroz y cantando serenatas a la luz de una luna llena.
Y El puesto honorario a los besos literarios se los lleva Pushkin. Que delicia San Petersburgo en invierno.
Hay muchos más, puesto que cualquier lugar es bueno, pero no se pueden enumerar todos.
Y en todos esos fantásticos destinos donde no me he besado y donde todos se besan. Cualquier lugar es bueno para hacerse un cariñito y para decirle al otro: “Te quiero comer la boca sin dejarte respirar” a lo Mosca Tze Tze.
El primer beso de todos los días, el mañanero, el besito cocinero, el sudado y salado después de entrenar, el besito de buenas noches, el beso en el cine, el besito asomado que llegó sin avisar. El beso robado, el beso a la puerta de un taxi, de un avión del adios para siempre.
El beso de la luna y el sol en un eclipse, de los copos de nieve, de las letras y el papel, de las notas y el pentagrama, de los dedos y las teclas, del ébano y el marfíl del piano.
De los frijoles y el arroz, de la garganta y la cerveza, del ron y el limón. El beso con lengua de la arena y la ola, el beso de los ciegos, de los mudos. De la piedra y la hiedra, de la abeja y la flor. El beso que nunca llegó.
Me despido con ganas de besar, sobre todo a mi madre en la frente, a mi hermano en el cielo, a una Flor que fue niña. Me despido con ganas de besar al amor.
Feliz día internacional del beso, a poner a trabajar esos labios se ha dicho, en su lenguaje, en su destino en su corazón.
Comparte conmigo cuál ha sido tu destino favorito en el que te has besado? Dónde te gustaría ir a besarte?