El lienzo de un documento de Word completamente en blanco. Ni una idea, ni una paupérrima palabra para describir el último cuadro que pinté. Temprano en la noche, veía pasar ante mis ojos las imágenes que quería describir como una película sin pausa.
Alguien me había dicho que pensaba de esa manera, en imágenes, porque tenía mente de escritora, no de pintora, que los pintores al contrario veían emociones para crear imágenes. Pero qué sabe la gente, también me hubieron dicho alguna vez que era material de amante y nunca de esposa, insolencia menos cierta.
Sin embargo concluyo que más cómodo sería, que a la obra la interpretase otro. Aunque al caer en eso, imagino estaría abandonando a mi niño en el bosque para que lo criase una jauría de perros.
Pienso estas cosas mientras espero por un avión en un aeropuerto ni de mala ni de buena muerte. Mediano, mediocre, subdesarrollado, engañado, pero con ínfulas. El aeropuerto internacional Simón Bolivar en Venezuela.
La pintura, sigo, muestra a una mujer en el sótano de su alma. Ella está agazapada o sentada, vestida de blanco manchado. Parece presa de la oscuridad aunque por una íngrima ventana, o espejo, se cuela, una lejana luna llena.
Una mujer he dicho? Puede igualmente ser un inofensivo monstruo condenado, cabeza acariciada por ese solo rayo de luz o reflejo. En la misma celda una silueta de corazón ardiente, carmesí y latiente yace escondido en la penumbra y se confunde con la negra pared.
Me pregunto si el ente prisionero sabrá que no hay puertas o barrotes. Si notará que la sombra de corazón de fuego solo espera ser visto para echarse a andar escaleras a la libertad.
El mesonero sonriente de dos dientes y camisa desteñida, me distrae ofreciéndome otra cerveza, acepto. Veinte minutos para abordar, dice el reloj. Mi garganta se alegra de alcohol y cebada, veinte minutos para sedar el miedo de volar. Si me da miedo volar.
Desde la mesa donde aguardo, ubicada en la pesadilla de un agorafóbico, a la puerta de embarque no habrían ni cinco zancadas, para mi cincuenta pasos, considerando que el avión por embarcar tenía por destino mi pasado, o tal vez el sótano o celda de mi cuadro.
Me encanta el blog amiga! Excelente!! EXITO!
Como con todas las cosas, me gusta comenzar por el principio. Así que acabo de leer tu primera nota en el blog y me encantó. Ya con tiempo (y anticipación por lo que encontraré) iré leyendo los siguientes. Recuerda, siempre adelante…
Como con todas las cosas, me gusta comenzar por el principio. Así que acabo de leer tu primera nota en el blog y me encantó. Ya con tiempo (y anticipación por lo que encontraré) iré leyendo los siguientes. Recuerda, siempre adelante…