Shanghai El Gran Mercado Amarillo 这是很便宜

«Abre El Mercado y a cada cual se le vio gastando sus talentos, unos para bien y otros para mal”  Calderón de la Barca

El diccionario de la Real Academia Española un mercado es tan sólo un «sitio público destinado permanentemente, o en días señalados, para vender, comprar o permutar bienes o servicios” pues la biblia del castellano se queda corta al definir esos centros de vapores, gritos, olores y personajes de la vida real. Y si usted quiere saber lo que es un mercado de verdad tiene que vivirlo en Shanghai. No digamos en China, en Shanghai.

Desde que esta ciudad  de más de dieciocho millones de habitantes tiene memoria, a los locales les pica la mano por vender. Gozan del comercio como niño con juguete nuevo, es que les brilan los ojos al ver una moneda y a los latinos nos pican las manos por comprar y nos brilan los ojos al ver un trapo… Nos encanta comerciar, regatear y así chinos y latinos hacemos una simbiosis perfecta!

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En nuestros países tenemos siempre “El mercadito” de las verduras, de las pulgas, de los  piojos o de los  los corotos. El nombre la verdad no importa mucho siempre y cuando podamos malgastar horas allí. Nos encanta llenarnos la vida de cuanta cosita innecesaria exista, esas que algún día servirán para algo. Es simplemente cultural. Esparcimiento barato? A veces! Dejémoslo en esparcimiento.

En Shanghai hay mercado para todo! El de fotografía, de los electrónicos, de las telas, de las flores, de las velas, del pescado, de la música. No exagero, sólo los enumero. Ni hablar del mercado de las imitaciones, abundan como el arroz. Hay que verlos por cultura general, pero expreso aquí que no apoyo en absoluto las imitaciones. Pero existen y los occidentales indirectamente hemos contribuido a su proliferación, así que es bueno saber qué monstruo hemos creado.

Está el del Museo de Ciencia y Tecnología, el de la calle Najing, el de Honquiao, el mercado de las perlas, el mercado de los tés, Sólo hay que ponerse creativo.Una se inventa un antojo y ya le saldrá dónde lo vendan. Porque en esta ciudad si no existe se lo inventan.

El mercado de parejas en la Plaza del Pueblo los fines de semana, (Remming Guan Chang). Cientos de padres con álbumes familiares buscándole novio a sus hijas o novias a sus hijos.  El de los niños… no bromeo,  una vez, comprando en el mercado de jade y perlas, una mujer quería venderme un bebé. Salí despavorida.

Es gracioso leer con frecuencia en las redes de extranjeros en Shanghai, preguntas como: “alguien sabe cómo llegar al mercado de…?” Lo más especial es que a medida que pasan los días, estos lugares se van revelando poco a poco. Como en un juego de video, o un rally, hay que ir encontrando las claves ocultas para abrir nuevos niveles, nuevos mundos dónde gastar el dinero. Porque no es que una llegó y supo, a menos que leas Hanzi por supuesto.

Es claro para mi que la mayoria de quienes visitan esta ciudad, llegan con una sonrisa en la cara, un montón de ojeras, el mejor espíritu y un gran signo de interrogación en la cabeza al aterrizar en el aeropuerto de Pudong.

Una vez que el jet lagg ha contribuído a favor, la lista del conocimiento engruesa, una vez que aprendes a regatear y no pagar el exhorbitante primer precio que te dan por una servilleta de seda, el nivel de satisfacción con la ciudad y con el chino también aumenta. Una se encuentra sonriendo en Mandarín, hablando el mismo idioma corporal y con el colmillo afilado, diciéndose: Me muevo como toda una china! Esto de comprar es pan comido.

Esta nota es para quienes quieran viajar al gigante amarillo y comprar desde el alba hasta el anochecer…

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